Quebrada
de Humahuaca
Provincia de
Jujuy
A unos
30 kilómetros al norte de San Salvador de Jujuy, a poco de pasar
la localidad de Lozano, nace la Quebrada de Humahuaca que se
estira como un pasillo montañoso hasta las cercanías del poblado
de Iturbe. Esos 140 kilómetros acompañados por el murmullo
constante del río Grande y los 120 restantes que recorren la Puna
jujeña hasta La Quiaca, van hilando, una tras otra, poblaciones
pequeñas, habitadas por coyas y descendientes que permanecen prácticamente
inmunes al tiempo.
A
ninguna de las casas de barro rojizo, ni a las montañas que
asoman detrás de los techos de paja los afectó el paso del
tiempo. En la Quebrada de Humahuaca nadie parece estar al tanto de
las novedades y los presagios del siglo XXI.
A más de 2400 metros sobre el nivel del mar, bajo un cielo azul
intenso, las casas todavía se construyen con adobe y la
inquietante sonoridad del quechua hace eco en el aire.
Los
habitantes conservan con silencioso orgullo, una identidad
cuyas raíces siguen sujetas a lo más profundo de los tiempos
precolombinos.
Los
pucarás intactos, las pinturas rupestres, incluso las postas que
se encuentran al costado de la ruta nacional 9 narran el recorrido
de la historia.
En la
Quebrada perduran las calles pedregosas y las iglesias
de más de tres siglos de antigüedad, los cementerios que se
mezclan con las nubes, y las costumbres de agradecer a la tierra y
honrar sus frutos como si fuera una ley divina.