FRUTICULTURA  

 

Cubiertas Vegetales en Montes Frutales y Forestales

La erosión de los suelos: Importancia agraria y medioambiental

¿Qué es la erosión? 

El impacto de las gotas de lluvia sobre el suelo desnudo produce disgregación de los agregados del suelo. Como resultado de lo anterior, las partículas de menor tamaño (arcilla, limo) quedan "libres" (desagregadas, sin cohesión entre sí a través de los coloides de arcilla y de materia orgánica), pudiendo ser trasladadas por el agua de lluvia que no consigue infiltrarse en el suelo (agua de escorrentía). 

De forma similar a la erosión hídrica antes descrita, la acción del viento sobre la superficie del suelo puede tener una acción muy negativa en determinadas áreas, destruyendo los agregados naturales y desplazando las partículas de menor tamaño (erosión eólica).

Pérdidas de suelo por erosión. Después de lluvias intensas sobre suelo desnudo se observan los surcos o cárcavas que produce el arrastre del agua. Dicha erosión es muy variable según los tipos de suelos y se intensifica siempre con la pendiente. La acumulación de sedimentos en las partes más bajas de las parcelas es otro fenómeno que desgraciadamente se observa con mucha frecuencia.

Las tasas de pérdida de suelo debidas a la erosión son muy variables, desde unas pocas toneladas de suelo por año (que pueden no tener mayor importancia por coincidir "grosso modo" con la capacidad de regeneración o formación del suelo) a decenas o incluso centenas de toneladas de suelo por año, lo que originaría que en unas décadas el suelo fuera mucho menos productivo o incluso dejara de ser apto para usos agrícolas.

Su importancia

En términos generales, la erosión es el principal problema agrario y medioambiental de muchas regiones agrícolas a nivel mundial. Así, en los últimos 40 años (1955-1995) 1/3 parte de las tierras agrícolas del mundo (400 millones de hectáreas, unas 8 veces la superficie total de España) han dejado de ser aptas para usos agrícolas (Sci., 1995, 1117). Más aún, un 80% del suelo agrícola de nuestro planeta tiene actualmente unas tasas de erosión medias o altas (Sci., 1995, 1117).

En épocas anteriores, el agricultor estaba acostumbrado a observar la erosión de los suelos de su campo como un fenómeno natural que no tenía solución. En otras palabras, desconocía, o no estaban disponibles, técnicas alternativas para paliar o reducir la erosión. Por otro lado, la intensidad del laboreo y la forma en que éste se realizaba hasta hace varias décadas hacía que tuviera una menor incidencia en la erosión. Afortunadamente en los últimos años, se han desarrollado diversas técnicas que reducen muy considerablemente o disminuyen la erosión de los suelos agrícolas.

Laboreo Tradicional, Mínimo Laboreo y Labranza Cero

En las plantaciones de árboles, las labores tradicionales del suelo se han llevado a cabo en diversas épocas del año (invierno y primavera, principalmente) y con muy diversos aperos (arados de vertedera, grada de disco, vibrocultivadores, rastras, entre otros). Durante décadas se ha justificado la necesidad del laboreo del suelo por diversos motivos: airear y mullir el suelo, enterrar los fertilizantes y la materia orgánica y aumentar la capacidad de infiltración del agua, pero sobre todo el control de las malas hierbas. 

Algunos argumentos, que antes se esgrimían para justificar las labores tradicionales, han sido poco a poco contradichos por estudios diversos o se han quedado desfasados por el desarrollo de técnicas alternativas. Así, en términos generales, el uso adecuado de diversos herbicidas hoy disponibles conlleva una serie de ventajas económicas y medioambientales en el control de malezas con respecto a las labores.

Numerosísimos trabajos llevados a cabo en muy diversos países del mundo en las últimas décadas, entre otros en España, han puesto de manifiesto, cada vez de forma más contundente, la conveniencia de no laborear el suelo, o de labrarlo lo menos posible. Así, en el olivar, numerosos trabajos llevados a cabo por el Departamento de Olivicultura de la Consejería de Agricultura y Pesca (Junta de Andalucía), han demostrado profusa y reiteradamente las ventajas, en términos generales, del no-laboreo y del mínimo laboreo o laboreo reducido en comparación al laboreo tradicional. 

Dichas ventajas se circunscriben a aspectos agronómicos (obtención de mayores producciones; mejor desarrollo vegetativo del árbol), medioambientales (reducción muy considerable de la erosión; menor contaminación de las aguas; mayor biodiversidad del suelo), y económicas (reducción sensible de costes, aumento considerable de los beneficios netos).

La reducción de la erosión que puede resultar con el no laboreo en plantaciones de árboles es considerable comparada con el laboreo tradicional (variable normalmente entre un 50% y un 70%, según condiciones de textura de suelo, pendiente y pluviometría), si bien este problema todavía en cierto modo persiste (30-50%). Además, el sistema de no laboreo puede propiciar la formación de cárcavas, lo que no es deseable, y a veces, sobre todo en terrenos en pendiente, obliga al agricultor a otras medidas de corrección.

Entre las diversas tecnologías que se han desarrollado para reducir la erosión de los suelos agrarios el uso de cubiertas es sin duda el más eficaz. Seguidamente daremos algunos detalles sobre estas nuevas técnicas.


Cubiertas Vegetales Vivas

Consisten en establecer un cultivo sembrado a propósito o en seleccionar especies espontáneas antes consideradas como malas hierbas, bien en toda la superficie o, lo que es más frecuente, en el centro de las calles, entre hileras de árboles, a modo de "franja verde". Dicha cubierta debe establecerse y mantenerse viva durante el otoño e invierno, época en el que el suelo recibe gran parte de las precipitaciones.

Las principales ventajas que se derivan de las cubiertas vegetales son las siguientes:

  1. Reducen drásticamente las pérdidas de suelo causada por la erosión.
  2. Aumentan la infiltración de agua en el suelo, especialmente en periodos intensos de lluvia.
  3. Reduce la evaporación del agua del suelo en la primavera y verano (después de la terminación de su ciclo o siega química).
  4. Algunas cubiertas reducen considerablemente las malas hierbas.
  5. Aumenta la biodiversividad: conserva la mesofauna del suelo (artrópodos, lombrices) y las poblaciones de aves que nidifican en el suelo.
  6. Permiten el acceso a los campos con el suelo húmedo, lo que es muy importante para realizar tratamientos fitosanitarios en el momento adecuado y para la recolección de frutos como la aceituna.
  7. En ocasiones permiten su aprovechamiento ganadero.

Cubiertas de especies cultivadas (cultivos cubiertas)

En secano se han ensayado siembras de diversos cultivos de cereales (cebada, avena, o trigo) y de leguminosas (vezas, trébol) a finales del verano o principios del otoño. Dichas siembras germinan con las primeras lluvias y permiten que se establezca pronto una suficiente cobertura del suelo que lo proteja de la erosión y compita con las malas hierbas que emergen en el otoño. En los frutales de regadío se estén utilizando cubiertas de plantas perennes de crecimiento invernal manejadas mediante siegas mecánicas periódicas.

Una de las desventajas de este tipo de cubiertas es que requieren gastos inherentes a una siembra (inversión en semilla de aproximadamente un 40-50% de la superficie en la que se implanta, más los gastos de la operación de siembra propiamente dicha). Además, puede requerir el uso de un herbicida de pre-emergencia o post-emergencia temprana, así como un cierto abonado nitrogenado (50 U N/ha) por ayudar al establecimiento del cultivo. La siembra se ha de realizar anualmente en secano y cada 4-5 años en regadío.

Terminación o siega de la cubierta
La siega de la cubierta vegetal tiene por objeto interrumpir su cielo vegetativo para evitar que compita por agua y nutrientes con el árbol frutal. La siega puede realizarse mecánicamente, utilizando desbrozadoras, o químicamente, pulverizando herbicidas de translocación sobre la cubierta, lo cual permite dejar los restos vegetales unidos al suelo por sus propias raíces. Con la siega química se evita el rebrote de cubiertas y el alargamiento del periodo de competición que produciría la siega mecánica mediante desbrozadora. Es recomendable el uso de herbicidas de acción total y de translocación (glifosato, sulfosato, entre otros) para conseguir una mayor eficacia.

Es muy importante que la siega química se lleve a cabo en el momento oportuno, a fin de que no llegue a competir con la plantación de árboles. Dicho momento variará con el tipo de plantación, fenología y condiciones climatológicas de cada región. Para plantaciones de olivo de la provincia de Córdoba, M. Pastor et al. (1997a y b) recomiendan, en un año de climatología media, la tercera semana de marzo.

Las cubiertas de leguminosas (por ejemplo, vezas) tienen la gran ventaja adicional del aporte fijación natural) de nitrógeno. No obstante, su establecimiento es más lento, compiten peor con las malas hierbas y consumen más agua que las de cereales; además, una vez segadas químicamente, su rastrojo o restos vegetales son poco persistentes, por lo que el suelo puede quedar desprotegido (Pastor et al., 1997a y b).

Efecto sobre la producción y economía de la plantación arbórea. Un cultivo cubierta bien manejado y, sobre todo, terminado (segado químicamente) antes de que se inicie una competición importante con el árbol, no tiene por que afectar a su producción. Experiencias llevadas a cabo por el Departamento de Olivicultura en 3 localidades, durante 6 años, permiten concluir que las cosecha de los olivos en los que se implantó una cubierta de cereal fue algo superior en comparación a la mantenida en no laboreo, y ésta, asimismo, ligeramente superior a las de laboreo tradicional (Pastor et al., 1997a y b).

En estudios llevados a cabo por el Servicio de Investigación Agraria de Aragón en plantaciones de perales con riego por inundación (Festuca arundinacea) durante 6 años, concluyeron que la cobertura de gramíneas sembrada en las entre líneas de los árboles suplementada con aplicaciones de herbicidas en las hileras de árboles y mantenida mediante siega mecánica con desbrozadora, fue el método de manejo de suelo más satisfactorio en comparación al laboreo tradicional y al no laboreo con herbicidas pero sin cobertura vegetal (Gómez-Aparisi et al., 1993a).

Cubiertas no cultivadas de especies de antes consideradas como malas hierbas

Consiste en seleccionar determinadas especies vegetales, de entre las muy diversas preexistentes entre la flora de malas hierbas de la plantación, mediante la aplicación de herbicidas o, en ocasiones, siega mecánica.

El número de especies de malas hierbas de cualquier plantación arbórea suele ser muy elevado (varias decenas o incluso centenas). Por otro lado, es conocido que cualquier cubierta vegetal de malas hierbas reduce muy considerablemente la erosión, en comparación con el suelo desnudo. El establecimiento entre hileras de árboles de cubiertas vegetales naturales de especies seleccionadas mediante la aplicación de determinados herbicidas, puede ser un método adecuado y económico para evitar la erosión.

Entre otros ejemplos que podrían mencionarse, cabe citar a los siguientes:

Selección de especies gramíneas anuales
Dicha cobertura vegetal ha sido propuesta por Saavedra y Pastor (1995) en olivar y además de la ventaja que supone el evitarse la siembra del cultivo, en comparación con el cultivo de la cubierta antes descrito, presenta las siguientes ventajas:  

  1. Las especies gramíneas anuales suelen ser abundantes en plantaciones de olivar (Lolium rigidum, Hordeum murinum, Bromus sp., Vulpia sp., Aegilops sp., etc.)
  2. Se seleccionan fácilmente mediante la aplicación de diversos herbicidas contra especies de hoja ancha o antidicotiledóneas, algunos de los cuales están autorizados en diversos cultivos, entre otros el olivo.
  3. Estas especies se desarrollan con rapidez y completan su ciclo, muchas de ellas, antes de finalizar la primavera.
  4. Proporcionan una buena cubierta vegetal durante su desarrollo vegetativo y después de ser segadas químicamente.
  5. Dada su capacidad de producir semillas, dispersarse y persistir pueden regenerarse, manteniendo la cubierta en años sucesivos, más aún si se deja una pequeña franja sin segar químicamente, a fin de propiciar una mayor "lluvia" de semilla.
  6. Su terminación o siega química es fácil con muy diversos herbicidas totales, sistémicos y antigramíneos, algunos de los cuales también son muy económicos a los precios actuales del mercado. Dicha operación de siega química deberá efectuarse al final del invierno, principio de primavera.
  7. Los estudios realizados sobre dinámica de poblaciones vienen a corroborar la viabilidad de esta técnica, como es el caso estudiado por Saavedra (1997) para Hordeum murinum.

Selección de especies perennes invernales
El uso de determinados herbicidas de amplio espectro (simazina, diurón) en plantaciones de árboles (cítricos, entre otros) hace que prevalezcan ciertas especies de hoja ancha (Oxalis prescaprae) de ciclo invernal, que forman una cobertura adecuada del suelo en los meses de mayor pluviometría, reduciendo así la erosión.

Efecto de las cubiertas en la infiltración/disponibilidad de agua en el suelo. Diversos autores que han hecho un seguimiento del efecto de las coberturas vegetales en diversas características o procesos físicos del suelo han puesto de manifiesto la ventaja de éstas en la infiltración del agua en el perfil del suelo en comparación con el laboreo tradicional y el no laboreo (Gómez-Aparisi et al., 1993b; Castro et al., 1997a y b).


Referencias  Bibliográficas

Castro, J., M. Saavedra y M. Pastor. 1992. Mejora de la infiltración en el olivar mediante el empleo de cubiertas vivas de cereales, vol. 2, 95-104.

Gómez-Aparisi J., J. Aibar, C. Zaragoza and M. Carrera. 1993a. Influence of soil management system in the evolution of pear growth and cropping. 6th Intern. Sympos. On Pear Growing, ISHS, Oregon Stat. Univ., Corvallis, USA, pag.177.

Gómez-Aparisi J., J. Aibar, C. Zaragoza and M. Carrera. 1993b. Influence of soil management system in the evolution of humidity and characterisitics of the soil in a pear orchads. 6th Intern. Sympos. On Pear Growing, ISHS, Oregon St at. Univ., Corvallis, USA, pag. 72

Lal R., E. Regnier, D.J. Ecckert, W.M. Edwards, R. Hammonds. 1991. Expectation of cover crops for sustainable agricultura. In "Cover erop for clean water", W.L. Hargrove, editor, Soil and water Conservation Society Ankeny, lowa, USA, pp. 1-10.

López-Cuervo, MOPU, 1990.

Pastor M., J. Castro y M_D. Humanes. 1997. La erosión y el olivar. Edita: AELC/ SV, (2ª edición), 12 págs.

Pastor M., J. Castro. 1997. Sistemas de manejo de suelo en olivar. (Cap. 17, pág.. 289-308, en Agricultura de Conservación: fundamentos agronómicos, medioambientales y económicos. Edita AELC/ SV., 372 págs.)

Pimentel, D. C. Harvey, P. Resosudarmo and R. Blair, 1995. Environmental and Economie Losts of Soil Erosion and Conservation Benefits. Science, vol. 267,1117-1123.

Saavedra M., y M. Pastor. 1995. Cobertura de especies gramíneas autóctonas en olivar: diseño de una técnica de implantación y manejo. Congreso 1995 SEMH, 175-180.  

 
 

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