GANADERIA

 

El entore de las vaquillonas a los 22 meses

La elección de la edad de las vaquillonas al primer entore dependerá de los resultados productivos, y sobre todo económicos, que se pueden esperar. 
¿A qué edad entorar las vaquillonas? ¿Qué productor no ha discutido esta pregunta con su asesor? La elección del momento es una responsabilidad de quien maneja el rodeo y según la decisión que tome y de cómo la ejecute serán los resultados que se obtengan en el rodeo en su conjunto.

Si se anticipa el entore de las vaquillonas, comenzarán a producir antes y mayor será la productividad del rodeo. Sin embargo, anticipar la vida productiva de las vacas tiene dificultades: es más difícil lograr altos índices reproductivos en animales en crecimiento y son más altas las probabilidades de partos distócicos. Existen no obstante recomendaciones técnicas para superar estos problemas. 

Corresponde preguntamos cuánto mayor es la productividad del rodeo y del campo por reducir la edad de entore de las vaquillonas. En la EEA INTA Balcarce hemos evaluado el aumento de productividad del campo cuando se adelanta el entore a los 15 o a los 22 meses de edad sin comparación con el entore a los 27 meses de edad. En esta nota intento presentar algunos de los resultados obtenidos en los últimos años y que han derivado en nuevas propuestas de manejo. 

¿En qué condiciones han sido realizados estos trabajos? 
Los resultados a obtener con vaquillonas son muy dependientes del ambiente y del manejo de los recursos forrajeros, por lo que es necesario describir las condiciones de producción. 

Los trabajos se desarrollaron al sur de la Depresión del Río Salado (provincia de Buenos Aires). Ésta es una zona ganadera que se caracteriza por suelos que frecuentemente se anegan, con alto pH y baja disponibilidad de fósforo, condiciones éstas limitantes para muchas forrajeras. El recurso forrajero típico es el campo natural, pero en sistemas intensificados se han introducido la festuca y el agropiro con el objetivo de reemplazar campos degradados o aumentar la producción forrajera. 

Los resultados que se presentan fueron obtenidos en un sistema de cría desarrollado sobre campo anegable, con pH alto (8,4). Las principales bases tecnológicas son: 

  • Entore estacionado en noviembre y diciembre (60 días) por monta natural. 

  • Implantación de pasturas cultivadas (agropiro y festuca). 

  • Fertilización fosforada (12 kg/ha/año en promedio). 

  • Reservas a partir del forraje sobrante de primavera-verano. 

  • Suplementación alimenticia (heno) a las vacas adultas durante el invierno. 

  • Eliminación anual de vientres improductivos (vacías, secas o viejas). 

  • Entore de vaquillonas a los 15 ó 27 meses de edad según el peso corporal. 

La intensificación en cría es técnicamente posible y la relación entre costos y beneficios por intensificar la cría es positiva, pero prevalecen restricciones socio-económicas que limitan el desarrollo de esta actividad en la región. 

La productividad del rodeo según la edad de entore de las vaquillonas 
El grupo con entore precoz tuvo similar sobrevivencia y ganancia de peso de los terneros, pocas dificultades de parto y similar peso adulto de las vacas que los registrados en el grupo de entore más tardío. El adecuado manejo general del rodeo tuvo mucho que ver con esto. La tasa de preñez sólo fue significativamente menor en el segundo entore (86% versus 94 %). 
Se evaluaron los kilos de carne producidos por vaca (kg ternero vendido + kg de vaca vendida) y se estimaron los requerimientos energéticos de las vacas durante toda su vida. Esto permitió calcular la "eficiencia biológica", expresada en kilos de carne por una unidad energética. 

Se concluyó que el rodeo con las vaquillonas entoradas a los 15 meses produjo, por cada unidad de alimento (Mcal EM), un 6,6% más de kilos de carne y un 4,4% más de $ por hectárea: 

¿Por qué comenzamos a trabajar en una época de entore diferente para las vaquillonas? 
El entore de las vaquillonas a los 15 meses de edad aumenta la productividad del rodeo, pero determina altos requerimientos nutricionales durante la recría y luego hasta el segundo entore. Si estos requerimientos no pueden ser satisfechos en forma económicamente ventajosa, es recomendable prolongar la recría de la reposición, manteniendo en el campo una categoría improductiva durante un año hasta el próximo entore. Una alternativa para minimizar esta pérdida de eficiencia es anticipar el entore de las vaquillonas, enterando a una edad intermedia entre las anteriormente mencionadas. 

Problemas cuando se entora a los 22 meses 
El entore de vaquillonas en invierno (22 meses) presenta el inconveniente que, al ocurrir la primera lactancia en otoño-invierno, el balance energético de las vaquillonas durante el posparto podría llegar a ser negativo, con importantes pérdidas de reservas corporales y el riesgo de bajos índices de preñez en el segundo entore. La permanencia de los terneros al pie de la madre (lactancia) condiciona este balance energético negativo y además ejerce un bloqueo de la actividad sexual cíclica a nivel hipotalámico. Para mejorar la fertilidad de vacas primíparas paridas en otoño recomendamos que antes del entore se desteten definitivamente los ternero. 

El manejo nutricional de las vacas 
En el estudio realizado, durante el otoño y el invierno se controló el uso de las pasturas mediante alambrado eléctrico restringiendo la asignación de pastura. Se contaba con pasturas de agropiro y festuca. Paralelamente, se suplemento con heno de agropiro y festuca. En estos estudios las vacas registraron pérdidas de peso durante el período otoño-invernal de hasta 300 g/día. 

A fin del invierno se destetaron los terneros. A partir de entonces se priorizó a los terneros en el pastoreo. El entore de las vacas fue en noviembre y diciembre pero sin ternero al pie. Las vacas recuperaron rápidamente el peso (aproximadamente 1 kg/día) y la performance reproductiva fue excelente: 100 y 96 % de preñez (el estudio se repitió en dos tandas de vacas). 
En esta propuesta, al destete los terneros tendrían aproximadamente 5 meses de edad. Es posible alimentarlos satisfactoriamente con pasturas. Este sistema se caracteriza porque el destete coincide con la primavera (período de mayor tasa de crecimiento y calidad de estas pasturas), razón por la cual la recría de los terneros se ve facilitada sin necesidad de cambios profundos de los recursos forrajeros o del programa de alimentación. 

El manejo nutricional de los terneros puede ser relativamente simple, con o sin suplementación. La suplementación energética de los terneros nos permitirla mantener el ritmo de ganancia de peso que registrarían al pie de la madre. 
Se evaluaron los resultados sin suplementación y manteniendo los terneros en el mismo campo de cría. Se comparó además la productividad de estas vaquillonas con la de vaquillonas entoradas durante la primavera con 27 meses de edad y entoradas en primavera con ternero al pie. Los terneros de los dos grupos de vacas fueron transferidos a sistemas de invernada en el otoño de cada año. La diferente fecha de nacimiento implicó que el primer ternero producido en la vida de estas vacas pesara un 50 % más al salir del sistema de cría (247 kg versus 159 kg). Se estimó el forraje requerido y la producción de las vacas hasta los 4 años de edad (57 meses). 

¿Qué más comentar? 
El estudio consideró las dos primeras pariciones y sería necesario tener los datos de producción hasta el final de la vida útil de las vacas para una correcta evaluación a nivel rodeo. De cualquier manera, se puede decir que el porcentaje de incremento en la producción de carne por hectárea considerando el rodeo completo dependerá del porcentaje del rodeo representado por las hembras para cría que tengan entre 1 y 4 años de edad. 

¿En qué estamos pensando? 
Cuando se tienen vacas en lactancia durante el otoño y el invierno, el manejo forrajero debe ser modificado para controlar la pérdida de peso y la condición corporal de las vacas de manera que la tasa de crecimiento de los temeros y la tasa de preñez de las vacas sean adecuadas para los objetivos del sistema ganadero. 

Actualmente, estarnos presentando proyectos para estudiar distintos niveles de asignación diaria de pastura y suplementación con distintas reservas forrajeras. Los resultados a obtener son necesarios para la programación forrajera de sistemas intensivos de producción que implementen el entore de vaquillonas en invierno.

El autor del presente artículo es el Med. Vet. Julio César Burges (Publicado en la revista Agromercado, Diciembre de 2000).

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