Control del
barrenador con cipermetrina
En los antecedentes que justifican la realización de esta experiencia
se cita el costo diferencial de los híbridos de maíz por incluir el gen Bt (que brinda protección a la plaga) y las complicaciones derivadas de esta
tecnología como: tener que sembrar refugios con híbridos no Bt, además del hecho de que no todos los híbridos que están en el mercado tienen su correlato Bt.
Los ensayos tuvieron lugar en establecimientos distribuidos en las
localidades de Santa Teresa, Palacios, Pujato, Cañada de Gómez (Santa Fe), y
Ameghino y Las Piedritas (Buenos Aires), en seis de los cuales las aplicaciones se efectuaron según el recuento de adultos, mientras que en el restante se realizó una aplicación
secuencial de cipermetrina independiente de la población plaga que infestaba el cultivo. A continuación se presentan los principales aspectos del
trabajo preparado por Canova y Ridley.
Tratamientos
Con respecto a los tratamientos, solo hubo un ensayo sistemático, ya que no se consideran rentables las
aplicaciones sistemáticas, que constan de dos aplicaciones preventivas de cipermetrina durante el desarrollo del cultivo: la primera con el maíz con seis a diez hojas (60 a 90 cm de altura) y la segunda en floración plena. Para las aplicaciones según la presencia de
adultos se utilizaron trampas de luz para poder hacer recuentos de adultos de Diatraea, los que se tomaron
diariamente en algunos casos y cada 2 a 4 días en otros. Los controles con cipermetrina se realizaron cinco a siete días después del pico de captura de adultos, que es cuando las larvas están sobre las plantas de maíz
(período sensible al insecticida).
La aplicación terrestre se compuso de 150 litros de agua/ha y con 2 litros/ha de aceite agrícola para mejorar el efecto del insecticida; la aérea se realizó con una solución de
ultra bajo volumen (UBV) aplicado con micronair o pastillas cono hueco y sin agua (solo con aceite agrícola y el insecticida). El objetivo fue lograr 20 a 30
impacto/ cm2 en los lugares donde se encuentran las larvas de Diatraea. Se midió el número de
impactos/cm2 a distintas alturas del canopeo (para evaluar el grado de penetración del insecticida) mediante
tarjetas oleosensibles adosadas a varillas, que se ubicaron dentro de cada parcela
tratada o bien abrochadas a las plantas. Las tarjetas se colocaron en tres
niveles (50, 100 y 150 cm) y se calculó un promedio de impactos/cm2.
En todos los tratamientos se registró el estado fonológico del cultivo en la fecha de la aplicación. Las aplicaciones se
realizaron, en su mayoría, en las últimas horas de la tarde. Una aplicación aérea consistió en una mezcla de gasoil y aceite agrícola como
vehículos con el fin de disminuir el costo de aplicación.
El umbral de daño para Diatraea resultó bastante amplio. Los
tratamientos no se realizaron a partir de un determinado nivel de adultos,
sino que se fue siguiendo la dinámica poblacional en cada trampa y efectuando las aplicaciones luego de un pico relativo de adultos.
Los valores de estos picos variaron con la trampa dadas las diferencias en su ubicación, distintas condiciones ambientales,
etc.
Daños en planta y rendimiento
Las evaluaciones fueron hechas pocos días antes de la cosecha del cultivo. Se tomaron ocho o nueve sitios de muestreo por tratamiento, de 5
metros cuadrados cada uno, totalizando aproximadamente 300 plantas por
tratamiento. Para evaluar el rendimiento también se utilizó una muestra mayor o toda la parcela tratada.
Etapas
1- Elección de la parcela: por cada tratamiento (10 ha aproximadamente) se eligieron nueve parcelas de 5
metros cuadrados cada uno. En algunos casos, la cantidad de parcelas por tratamiento fue de 8,
debido a sus dimensiones. Cada parcela tuvo dos surcos de ancho y 3,57
metros de largo, donde el maíz fue sembrado a 70 cm o de 4,81 metros de largo cuando estuvo sembrado a 52 cm. Se
dejaron por lo menos 30 metros de cabecera contra los alambradas por el patrón de distribución de la plaga.
2- Cosecha: en cada parcela se
cosecharon manualmente las plantas desde la superficie del suelo hasta la
espiga principal incluida, poniendo todo en una bolsa identificada, anotando el nombre del establecimiento, lote, tratamiento y repetición. Las plantas muy volcadas, así como las espigas desprendidas, no se cosecharon, ya que no
aportan al rendimiento de la parcela.
3- Deschalado: en gabinete se pelaron las cañas, que quedaron sin hojas pero con la espiga.
4- Daños en la caña, pedúnculo y espiga: luego del deschalado, se
cosecharon las espigas anotándose los siguientes datos en cada muestreo:
cantidad de tallos, cantidad de pedúnculos dañados (de la espiga principal), cantidad de espigas dañadas por Diatraea (granos roídos) y número de orificios de salida de Diatraea por caña (este
valor tiene una muy alta correlación con las pérdidas de rendimiento
ocasionadas por la plaga). Cuando las larvas penetran al tallo, casi siempre cerca de una yema o brote terminal, se alimentan del tejido central esponjoso
formando galerías desde arriba hacia abajo; por lo tanto, es relativamente simple diferenciar los orificios de entrada y salida. El diámetro del orificio de salida es variable según la generación de la que se trate, pero en términos
generales este es igual o superior a 3 mm.
5- Estimación de rendimiento: se pesaron las espigas cosechadas y deschaladas de cada muestreo. De todas, se tomaron dos a tres espigas promedio, se desgranaron y se anotaron los siguientes datos: peso húmedo de las espigas, porcentaje de humedad de los granos, peso seco de los granos.
Con estos datos se obtuvo la relación peso seco granos/peso húmedo espigas,
y de esta forma el rendimiento promedio de la parcela y el del tratamiento.
Resultados
Los resultados de las evaluaciones realiza- das variaron entre
establecimientos, ya que el nivel de ataque de Diatraea saccharalis no fue el mismo en todos ellos; asimismo, hubo diferencias a
favor de la aplicación temprana con relación a la tardía en algunos establecimientos, y al revés en otros. En
promedio, el testigo tuvo siempre un rendimiento inferior a los tratamientos con aplicación. La aplicación temprana rindió, en promedio,
154 kg/ha más que el testigo; la aplicación tardía, 694 kg/ha y la aplicación doble, 804 kg/ha.
El análisis estadístico realizado fue un Anova, con submuestras dentro de cada tratamiento. Los parámetros porcentaje de pedúnculos
dañados y porcentaje de espigas dañadas fueron transformados (arcoseno de la raíz cuadrada del parámetro), para disminuir los coeficientes
de variación. Al parámetro número de orificios/caña se le aplicó la transformación raíz
cuadrada de (x +1). Por otro lado, la aplicación doble obtuvo los menores valores promedio para todos los niveles de daño y el mayor con
respecto al rendimiento. El índice señala la diferencia porcentual de
rendimiento con respecto del testigo.
Conclusiones
El uso estratégico de la cipermetrina en el cultivo de maíz disminuye las pérdidas ocasionadas por
Diatraea saccharalis y genera, en la mayoría de los casos, un beneficio económico. El uso de la cipermetrina redujo el número de
orificios/caña con respecto al testigo: del 25% para la aplicación temprana, 54% para la tardía y 64% para la doble; por otro lado, el rendimiento aumentó un 2% para la aplicación temprana, 9% para la tardía y 11% para la doble.
El rendimiento de indiferencia fue para este año de 199 kg/ha por cada aplicación. La aplicación más conveniente resultó para este año la tardía, ya que obtuvo un rendimiento de 694 kg/ha sobre el testigo (+9%) y generó un beneficio
neto de 30.32 $/ha. esta se efectuó luego del segundo pico de la
población de adultos de diatraea, alcanzando niveles de control
parecidos a los de la aplicación doble, con un menor costo. La
aplicación doble brindó un mejor control de la plaga, pero no
mejoro el resultado económico, ya que se obtuvieron 804 kg/ha
más que el testigo (+11%); el beneficio neto fue de 24.86 $/ha, probablemente
porque los maíces fueron sembrados tempranos (antes del 15 de
setiembre) y el desarrollo de la población se retrasó entre 20
días y un mes). La aplicación temprana obtuvo una diferencia de
rendimientos positiva de 154 kg/ha (+2%) y el beneficio neto para
esta campaña fue de -2.76 $/ha.
El número y el
momento de la aplicación más conveniente dependerán de la
dinámica de la población de diatraea saccharalis y de la fecha
de siembra del maíz; sin embargo, con una aplicación doble se
asegura un mejor control que con una simple. Las aplicaciones de
cipermetrina deben hacerse 5 o 7 días luego de un pico de
población de adultos. Ello obliga al uso de trampas luz, que
tienen una validez promedio de 30 kilómetros; no obstante, seria
conveniente evaluar el número de posturas de huevos en las
plantas de maíz antes de decidir la aplicación, ya que la
oviposición depende de numerosos factores no solo de la presencia
de adultos. La identificación de posturas en un maíz de siembra
temprana requiere un muy entrenamiento. aplicaciones realizadas
según estado fonológico del maíz tienen resultados muy azarosos
según coincida o no con la previa ocurrencia de un pico de
adultos.
Autores del
artículo: Daniel Canova y Nicolás Ridley
Fuente: Material suministrado por Aapresid.
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