Manejo
de enfermedades de trigo en sistemas de alta productividad
En el cultivo de trigo
y especialmente en sistemas de producción con expectativas de
elevados rendimientos, debe realizarse un adecuado manejo de las
enfermedades mas frecuentes en cada región con el propósito de
evitar que, en determinadas condiciones ambientales, su presencia
limite el potencial productivo.
En el área pampeana
central norte, las enfermedades comunes que pueden alcanzar mayor
severidad en estos sistemas son la roya de la hoja (Puccinia
recondita f.sp. tritici), la mancha de la hoja o
septoriosis (Septoria tritici), la mancha bronceada o
amarilla (Drechslera tritici-repentis) y el golpe blanco o
fusariosis de la espiga (Fusarium graminearum).
La importancia
relativa que cada una de ellas pueda alcanzar dependerá de las
condiciones de ambiente favorables a las mismas durante el ciclo
del trigo y de algunos aspectos de manejo del cultivo
(principalmente la elección del cultivar en cuanto al ciclo y
comportamiento sanitario, al sistema de labranza utilizado, a las
rotaciones y al uso de fertilizantes). Hay que considerar estos
aspectos con la premisa básica de la utilización de una semilla
sana o adecuadamente tratada, con buen vigor y poder germinativo.
En el Cuadro 1 se presentan los fungicidas sugeridos para el
tratamiento de la semilla.
Elección del
cultivar
En la elección de un
cultivar normalmente se privilegia el potencial de rendimiento y
otras características agronómicas tales como resistencia al
vuelco, si el cultivo se hará con riego suplementario, o la
cantidad y calidad del rastrojo que producirá si se realiza en
siembra directa.
Estas prioridades
deberían complementarse con una adecuada evaluación de la
resistencia genética del cultivar a las enfermedades que, según
el sistema adoptado, el cultivo estaría más propenso. Es el caso
de los sistemas de labranza que mantienen residuos en superficie,
donde los patógenos necrotróficos causantes de la mancha
amarilla, septoriosis de la hoja y fusariosis de la espiga se ven
favorecidos.
La resistencia genética a estos patógenos es de
tipo parcial y en los cultivares disponibles aún no se ha
alcanzado un nivel satisfactorio. Sin embargo existen algunos
cultivares con susceptibilidad moderada, que en el contexto de un
manejo integrado de estas enfermedades contribuyen a reducir los
efectos negativos de las mismas de manera eficiente y económica.
Las royas del tallo (Puccinia
graminis f.sp. tritici) y de la hoja son
enfermedades endémicas en el área y su presencia es
independiente del sistema de labranza utilizado o de las
rotaciones. Para las mismas, la resistencia genética en la mayoría
de los cultivares actuales es muy eficiente-especialmente a roya
del tallo- pero puede no ser estable en el tiempo.
Con bastante
frecuencia ocurren pérdidas de resistencia, principalmente a P.
recondita, debido a la aparición de variantes en la población
patógena para las cuales los cultivares no poseen genes de
resistencia efectivos. Esta situación se ve favorecida por la
siembra en grandes extensiones de un sólo cultivar o cultivares
con la misma base genética, que ejercen una presión de selección
en favor de nuevas razas del patógeno.
Para contribuir a
evitar este riesgo, resulta de gran utilidad la diversificación
de cultivares en la siembra, ampliando la base genética con
diferentes ciclos vegetativos y aún dentro de un mismo ciclo.
Además, esta estrategia favorece los mecanismos de escape en los
cultivares con resistencia moderada a royas y con resistencia
parcial a las manchas foliares, y también resulta muy eficaz para
reducir los efectos de las adversidades climáticas, tan
frecuentes en el área.
Sistema de labranza
y rotaciones
El sistema de labranza
y las rotaciones son dos aspectos de manejo del cultivo que están
estrechamente relacionados al manejo de enfermedades. En sistemas
de labranza con residuos en superficie, especialmente en siembra
directa, los patógenos necrotróficos pueden mantener un nivel de
inóculo riesgoso para el cultivo de trigo, tanto en monocultivo
(cultivo de trigo en el mismo lote aunque se hubiera alternado con
un cultivo de verano), como en rotación con otras gramíneas
invernales como cebada o centeno, también susceptibles a estas
enfermedades. La avena y la colza en cambio, pueden considerarse
una buena alternativa de rotación en reemplazo del trigo.
Además, debe tenerse
en cuenta que un deficiente control de malezas gramíneas
susceptibles a estos patógenos, así como la introducción en el
lote de aquellos que pueden ser transmitidos por semilla, como Drechslera
tritici-repentis, pueden disminuir el efecto de la rotación.
En este último aspecto, la información en nuestro país es aún
escasa pero existen referencias de buen control de este patógeno
en semilla con iprodione (50 gramos de ingrediente activo /q de
semilla), guazatine (75 g.i.a./q), y carboxin + thiram (94 + 94
g.i.a./q), fungicidas curasemillas disponibles en nuestro mercado.
En estos sistemas, los patógenos asociados al rastrojo de trigo
tendrán tanta persistencia como el residuo del cultivo que les
sirve de sustrato. En la zona central norte hay evidencias de que
la paja de trigo necesita al menos dos años para descomponerse,
hecho que debe tenerse en cuenta al planificar la rotación.
El cultivo antecesor
también puede tener influencia en algunas enfermedades. Es el
caso de la fusariosis de la espiga, que adquiere mayor severidad
en condiciones ambientales óptimas para la enfermedad cuando el
trigo sucede al maíz, cultivo también susceptible a F.
graminearum.
En condiciones altamente conducentes a la infección
y desarrollo de esta enfermedad, la alta capacidad saprofítica
del patógeno y la diversidad de hospedantes secundarios asegurará
la disponibilidad de inóculo y por lo tanto de la enfermedad. Sin
embargo, los efectos de la misma serán menores si el trigo tiene
como antecesor a un cultivo no gramineáceo como la soja, y
especialmente si no está en siembra directa.
En sistemas de
labranza con residuos en superficie, la rotación de cultivos es
fundamental para alcanzar una producción estable en un marco de
sustentabilidad. Lamentablemente, en la agricultura extensiva
actual no son muchos los cultivos que pueden ofrecer alternativas
rentables en un esquema de rotaciones.
Uso de
fertilizantes
El componente
principal de un sistema de alta productividad es la fertilización,
que en nuestro país es fundamentalmente nitrogenada y con
frecuencia también fosforada. Un desbalance en el aporte de
nutrientes podría crear una condición en la planta capaz de
influir en su predisposición a algunas enfermedades. Pueden
citarse como ejemplos las royas, el oidio (enfermedad producida
por Erysiphe graminis f. sp. tritici, de escasa
importancia en la región pampeana) y la enfermedad radicular
llamada pietín (Gaeumannomyces graminis f. sp. tritici),
en las que altas dosis de nitrógeno pueden favorecer el
desarrollo de las mismas. Sin embargo, este efecto es menor cuando
en la fertilización se considera un adecuado balance de los
macronutrientes aportados. Como regla general puede considerarse
que un cultivo con un buen estado nutricional, tendrá mayores
posibilidades de tolerar o compensar los daños producidos por las
enfermedades.
Control químico de
enfermedades foliares y de la espiga
En años en que las
condiciones climáticas crean un ambiente muy favorable a la
infección y desarrollo de enfermedades foliares y de la espiga
durante períodos críticos del cultivo, las medidas mencionadas
anteriormente pueden resultar insuficientes para garantizar un
nivel de rendimientos y calidad acorde a la inversión realizada
en el cultivo. Por lo tanto, se debe considerar la posibilidad del
control químico de manera complementaria.
El período de riesgo
de pérdidas de rendimiento por enfermedades foliares que
justifique la protección química comienza en el encañado y se
prolonga hasta inicios de formación del grano. Las reducciones de
rendimiento son mayores cuanto mas temprano en el ciclo del
cultivo se inicie el desarrollo epidémico de la enfermedad. Hasta
la floración, las pérdidas se deben a la reducción del número
de granos por espiga y del peso del grano, mientras que en
infecciones tardías, el componente afectado es fundamentalmente
el peso del grano.
Determinación
del momento de aplicación
Deben realizarse
inspecciones semanales desde la aparición del primer nudo,
recorriendo todo el lote en diagonal y tomando muestras de tallos
principales en un número representativo del mismo, aunque no
menor de 30. Se evalúa la severidad en las hojas verdes
totalmente desplegadas, entendiendo por tal la proporción del área
foliar cubierta por pústulas en el caso de roya de la hoja, o de
áreas necróticas con signos del patógeno, cuando se trate de
manchas foliares. Una severidad promedio de 5% indica el momento
oportuno para la aplicación. Los fungicidas adecuados para el
control de estas enfermedades se muestran en el Cuadro 2.
Si la primera aplicación
fue temprana, hasta el estado de embuchamiento, y considerando que
la persistencia de los fungicidas es de aproximadamente 25 días,
es probable que sea necesaria una segunda aplicación si
continuaran las condiciones ambientales favorables a la enfermedad
y volviera a alcanzarse el nivel indicado de severidad. En esta
situación, el segundo tratamiento debe realizarse también con el
objetivo de proteger al cultivo contra fusariosis de la espiga.
En el área central
norte, caracterizada por inviernos secos y primaveras lluviosas,
el desarrollo de las enfermedades foliares generalmente es tardío,
razón por la cual es probable que sólo se requiera un
tratamiento, equivalente al segundo mencionado en el párrafo
anterior.
Si las condiciones de
ambiente hacen prever una infección de fusariosis de la espiga,
es necesario ajustar lo mejor posible las variables que pueden
influir en la eficacia del tratamiento, que generalmente no supera
el 60%. El tratamiento debe ser preventivo, es decir antes de la
aparición de los síntomas. Sin embargo, la mayor eficacia
-superando ese nivel- se logra con aplicaciones en el momento crítico
para la infección, que es el de máxima exposición de anteras en
el cultivo.
Como ayuda en la toma
de decisión para aplicar el tratamiento puede ser de utilidad el
modelo predictivo de incidencia de fusariosis desarrollado en
nuestro país (Moschini y Fortugno,1996; Moschini et al,1997). El
modelo está basado en la observación de variables meteorológicas
en un período sensible desde el inicio de la emergencia de
espigas y principios de llenado de grano (430 grados-día medidos
como la acumulación diaria de temperaturas medias superiores a 0ºC.
I (%) = 20,37 + 8,63
NPPHR - 0,49 TXN
I:
Incidencia (porcentaje de espigas enfermas).
NPPHR:
número de períodos de dos días donde en el primero se producen
lluvias de no menos de 0,2 mm y la humedad relativa ambiente (HR)
es superior a 81%, y en el segundo día la HR es igual o superior
a 78%.
TXN:
sumatoria de temperaturas por debajo de 11ºC y por encima de 30ºC.
Las variables climáticas
se cuantifican desde el inicio del período sensible hasta el
octavo día, que corresponde aproximadamente a la máxima exposición
de anteras. Llegado este momento, si la probabilidad de infección
no justificara aún el tratamiento, se puede considerar el pronóstico
meteorológico extendido para los siguientes 3 ó 4 días.
Los fungicidas de buen
comportamiento para esta enfermedad se muestran en el Cuadro 2.
Los mejores resultados se obtienen con aplicaciones terrestres y
volúmenes de agua no inferiores a 200 l/ha. En caso de ser
inevitable el tratamiento aéreo, éste debe realizarse con un
caudal mínimo de 15 l/ha, debido a que gran parte del éxito del
tratamiento se debe a un completo mojado de las espigas y por lo
tanto de las anteras, sitio principal de penetración del patógeno.
Como conclusión, se
puede afirmar que ninguna medida de control en forma aislada es
totalmente eficaz. Para lograr un cultivo sano con capacidad de
expresar su máximo potencial deben considerarse los distintos
aspectos mencionados en un manejo integrado de las enfermedades.
Riego suplementario
Para el manejo de
enfermedades en trigo con riego suplementario deben tomarse
algunos recaudos, aunque los criterios que se utilizan son básicamente
los mismos que en secano.
Uno de ellos es tener
en cuenta la mayor predisposición a enfermedades bacterianas que
el microambiente creado por el riego puede inducir.
En el área pampeana,
se ha detectado con frecuencia en este sistema de producción la
mancha estriada bacteriana, cuyo agente causal es Xanthomonas
campestris pv.undulosa, que produce también la
sintomatología de espiga negra o "black chaff". Esta
bacteria puede persistir en residuos del cultivo y en malezas gramíneas,
pero la principal fuente de introducción es a través de la
semilla. Hasta el momento no existen tratamientos curasemillas
eficaces para su control.
Se han evaluado
distintas alternativas de control por medios físicos y químicos,
pero no son factibles de realizar en grandes cantidades de
semilla, son inseguros para la viabilidad de la misma, o no
resultaron tener la eficacia esperada. Por lo tanto, es muy
importante el uso de una semilla sana, proveniente de un área de
secano y de un cultivo no infectado.
Otro aspecto
importante es la calidad de la semilla a obtener, la cual puede
ser perjudicada por la presencia de granos "punta
negra", producida por los hongos Alternaria spp. y
Bipolaris sorokiniana, y otros patógenos débiles o saprófitos
que son favorecidos por un ambiente húmedo y cálido al final del
ciclo del cultivo.
Por lo tanto, deben
tenerse en cuenta las siguientes medidas:
-
Usar semilla sana.
-
Evitar el riego
durante el desarrollo del grano, especialmente en estados
tempranos (acuoso y lechoso) debido a que es el período más
sensible a la infección de los hongos mencionados.
-
No demorar la
cosecha
-
Almacenar el grano
con no mas de 12 % de humedad.
-
Mantener el
cultivo libre de malezas gramíneas
Cuadro 1.
Fungicidas sugeridos para el tratamiento de la semilla de trigo
Principio activo
|
Nombre
|
F.C.
|
Empresa
|
Tox.
|
Acción
|
Dosis
|
Patógenos*
|
|
Comercial
|
(1)
|
|
(2)
|
(3)
|
(4)
|
Ut
|
T
|
Fg
|
Carboxin 37,5%+tiram 37,7%
|
VITAVAX T
|
WP
|
UNIROYAL
|
III
|
S y C
|
200
|
+
|
+
|
+
|
Difenoconazole 3%
|
DIVIDEND
|
FS
|
CIBA
|
III
|
S
|
300
|
+
|
+
|
à
|
Diniconazole 1,5%
|
SUMI-EIGHT
|
WP
|
SUMITOMO
|
IV
|
S
|
150
|
+
|
+
|
-
|
Diniconazole1,2%
+tiram 27%
|
S-EIGHT
FORTE
|
SC
|
SUMITOMO
|
III
|
S y C
|
150
|
+
|
+
|
+
|
Flutriafol 5%
|
VINCIT F
|
SC
|
ZENECA
|
IV
|
S
|
75
|
+
|
+
|
+
|
Guazatine 40 %
|
Varios
|
SL
|
Varias
|
II
|
C
|
200
|
-
|
+
|
+
|
Iprodione 50% **
|
ROVRAL
|
WP
|
R. POULENC
|
IV
|
C
|
100
|
-
|
à
|
à
|
Miclobutanil 4,75%
|
NOVATHANE
|
DP
|
ROHM y HAAS
|
III
|
S
|
150
|
+
|
+
|
+
|
Tebuconazole 2%
|
RAXIL
|
WS
|
BAYER
|
IV
|
S
|
125
|
+
|
+
|
+
|
Tiram 36,8%
|
THIUBIN
|
SC
|
BASF
|
II
|
C
|
280
|
-
|
+
|
+
|
Triadimenol 15%
|
BAYTAN 15
|
DS
|
BAYER
|
IV
|
S
|
150
|
+
|
+
|
-
|
Triticonazole 2,5%
|
PREMIS
|
DS
|
R. POULENC
|
IV
|
S
|
100
|
+
|
+
|
+
|
La nómina de productos
formulados y principios activos que se indican no invalida el
empleo de otros con recomendación específica disponibles en el
mercado.
Referencias:
1- Formulado comercial: DP= Polvo seco; DS=
Polvo; FS= suspensión; SC= suspensión concentrada; SL=
concentrado soluble; WP= polvo mojable; WS= polvo dispersable.
2- Categoría de toxicidad: II=
moderadamente tóxico; III= ligeramente tóxico; IV=
Probablemente sin riesgo tóxico.
3- Modo de acción: S= sistémico; C=
contacto
4- Dosis de producto comercial en g ó ml
por 100 k de semilla.
Patógenos que controlan: Ut= Ustilago
tritici; T= Tilletia spp.; Fg= Fusarium
graminearum.
+ buen control ; - no controla; à
sin información
** Fungicida registrado para control de Drechslera
tritici-repentis
Cuadro 2
Fungicidas para enfermedades foliares y de la espiga en trigo
Principio activo
|
Nombre comercial
|
Formulac.
|
Emp.
|
Dosis de producto
formulado
(g ó ml/ha)
|
Prt
|
St
|
Dtr
|
Fg
|
Azoxistrobina 25% (1)
|
AMISTAR
|
SC
|
ZENECA
|
500
|
500
|
500
|
-
|
Benomil 50%
|
BENLATE
|
WP
|
DUPONT
|
-
|
-
|
-
|
800
|
Epoxiconazole 12,5% +
Carbendazim 12,5%
|
DUETT
|
SC
|
BASF
|
750
|
750
|
750/1000
|
1000
|
Flutriafol 12,5%
|
IMPACT
|
SC
|
ZENECA
|
1000
|
-
|
-
|
1000
|
Metil-tiofanato 50%
|
Varios
|
-
|
Varias
|
-
|
-
|
-
|
1000
|
Propiconazole 25%
|
Varios
|
EC
|
Varias
|
500
|
500
|
500
|
-
|
Propiconazole 25% + difenoconazole
25%
|
TASPA
|
EC
|
NOVARTIS
|
250
|
250
|
250
|
-
|
Propiconazole
+difenocon.
+ carbendazim 50%
|
TASPA +
Varios
|
-
|
-
|
-
|
-
|
-
|
250+500
|
Tebuconazole 25%
|
FOLICUR
|
EC
|
BAYER
|
500
|
500/750
|
750
|
750
|
Referencias
Prt = Puccinia recondita tritici (roya
de la hoja)
St = Septoria tritici (septoriosis de
la hoja)
Dtr = Drechslera tritici-repentis
(mancha amarilla)
Fg = Fusarium graminearum (fusariosis
de la espiga)
(1) En infecciones tempranas,
hasta hoja bandera desplegada, conviene utilizar la mitad de la
dosis de Amistar (250 cc/ha) y el resto en floración.
La nómina de principios activos aquí
consignados no invalida el empleo de otros con recomendación
específica disponibles en el mercado.
Fuente:
INTA Marcos Juárez
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