Enfermedades
bacterianas I
Colibacilosis
Los problemas que
se atribuyen a infecciones coliformes son causados muchas veces
por ciertas variedades de Escherichia coli. La gravedad puede
ser muy variable. Los problemas van desde infecciones agudas,
con súbita y alta mortalidad, hasta ligeras infecciones, de
naturaleza crónica con baja morbilidad y mortalidad. Las
infecciones pueden resultar en una enfermedad respiratoria,
causada por infección de los sacos aéreos, una septicemia
(sangre) cuando la infección es generalizada, una enteritis por
infección intestinal o una combinación de cualquiera de las
tres o de todas.
La enfermedad
puede aparecer por infección coliforme solamente, como infección
primaria, o en combinación con otros agentes, como infección
secundaria. Este tipo de infecciones ocurre comúnmente formando
parte del síndrome clásico de infección pulmonar, como
complicación con infecciones por Mycoplasma gallisepticum.
Pueden ser
afectadas aves de todas las edades, pero la septicemia aguda de
los pavos jóvenes y la aerosaculitis de los pollos jóvenes son
más comúnes cuando las aves están en desarrollo. Entonces,
puede ocurrir una alta mortalidad temprana como resultado de
infecciones umbilicales.
Los síntomas de
esta enfermedad son producidos por bacterias E. coli y las
toxinas que producen al crecer y multiplicarse. Hay diferentes
variedades y tipos serológicos en el grupo de bacterias de E.
coli. Muchas son habitantes normales del tracto intestinal de
los pollos y pavos por lo que, consecuentemente son organismos
comúnes en el ambiente de las aves.
Existe una
marcada variación entre las diferentes variedades y su
habilidad para causar enfermedad. Algunas son severas y por si
mismas pueden producir la enfermedad, mientras que otras se
supone que son inofensivas. Entre los dos extremos existen todos
los grados de patogenicidad.
Las principales vías
de infección por bacterias son el sistema respiratorio y el
tracto gastrointestinal. La omfalitis e infecciones de los
pollos jóvenes pueden producirse por ingreso a través del
ombligo no curado o por penetración de la cáscara del huevo
antes o durante la incubación.
Los síntomas varían
con los diferentes tipos de infección. En la forma de
septicemia aguda, la mortalidad puede comenzar súbitamente y
progresar muy rápido. La morbilidad puede no ser aparente y
morir de repente unas aves que parecía gozaban de buena
salud.
Pero, en la mayoría
de los casos, ellas se muestran inquietas, con las plumas
desordenadas y con indicaciones de fiebre. Pueden ser aparentes
síntomas adicionales, como dificultad respiratoria, tos
ocasional y estertores. También, puede presentarse diarrea.
Entre los pollos recién nacidos la mortalidad puede ser alta
como resultado de infección umbilical por coliformes.
Las infecciones
septicémicas extremadamente agudas pueden terminar en muerte,
con muy pocas lesiones, si es que hay algunas. Entre las
lesiones más comunes tenemos deshidratación, inflamación y
congestión del hígado, el bazo y riñones, así como diminutas
hemorragias en las vísceras. Exudado fibrinoso o caseoso en los
sacos aéreos, las cavidades del corazón y o en la superficie
de éste, del hígado y de los pulmones son lesiones características.
Los intestinos pueden engrosarse e inflamarse y contener excesos
de mucosidad y zonas hemorrágicas. En las aves jóvenes pueden
aparecer infecciones umbilicales, similares a las descritas para
la omfalitis.
Resulta necesario
el diagnóstico por análisis de laboratorio porque la infección
por coliformes en sus diferentes formas puede parecerse a muchas
otras enfermedades y confundirse con ellas. El aislamiento e
identificación de los organismos por cultivo puede lograrse con
cierta rapidez, pero el simple aislamiento no es suficiente para
hacer un diagnóstico. Hay que tener en cuenta el órgano del
que se ha aislado el organismo, la patogenicidad de esa muestra
en especial y la presencia de otros agentes activos.
Se requiere un
manejo y prácticas sanitarias dirigidas a reducir el número de
estos organismos en el ambiente donde viven las aves. Además,
la reducción de los factores estresantes y otros agentes patógenos
pueden reforzar su habilidad para defenderse contra infecciones.
El suministro de ventilación adecuada, buenas condiciones de
cama y enjaulado, de equipos bien limpios y desinfectados, además
de alimentos y agua de buena calidad, mejoran el estatus de
resistencia de las aves a las enfermedades.
El avicultor debe
evitar la sobre población, el estrés ambiental, como frío o
exceso de calor, y el estrés durante el manejo y la vacunación,
durante los períodos en que están sometidas a otras
condiciones estresantes. El buen manejo de los huevos, de las
incubadoras y la implementación de un buen programa sanitario
es necesario para reducir las exposiciones tempranas de los
pollos y pollonas a agentes patógenos causantes de
enfermedades. Siempre se ha dicho que, aún bajo condiciones
ideales se pueden tener problemas con algunas variedades de patógenos.
La respuesta de
las infecciones coliformes a los distintos productos es errática
y difícil de evaluar. En condiciones prácticas, el tratamiento
muchas veces es frustrante. La sensibilidad a la droga varía
con las diferentes variedades de E. coli. Resultan útiles los
análisis de laboratorio para determinar la sensibilidad a los
diversos productos para elegir los más beneficiosos. Si es práctico
mover las aves a un ambiente más limpio puede ser más valioso
que la medicación. Por ejemplo, cuando ocurre un brote en los
pavos en crecimiento, pasarlos a un ambiente abierto puede ser
el mejor tratamiento.
Mycoplasmosis
Los organismos
del género Mycoplasma son causa importante de enfermedades
respiratorias en las aves. Entre las numerosas especies de
Mycoplasma que han sido aislados en las aves domésticas, tres
tienen una importancia especial: Mycoplasma gallisepticum,
asociado con la enfermedad respiratoria crónica; el síndrome
en los sacos aéreos en pollos y pavos y la Sinusitis infecciosa
de los pavos; Mycoplasma meleagridis, asociado con la
aerosaculitis en los pavos y Mycoplasma synoviae, causa de la
sinovitis infecciosa en pollos y pavos.
La enfermedad
respiratoria crónica, el síndrome de los sacos aéreos y la
sinusitis infecciosa de los pavos tienen una causa común. La
enfermedad respiratoria crónica fue reconocida por primera vez
como una enfermedad respiratoria suave crónica en los pollos
adultos. Disminuía la producción de huevos, pero producía
poca o ninguna mortalidad. Más tarde, una condición conocida
como la "enfermedad de los sacos aéreos" se convirtió
en un problema con las aves más jóvenes.
En algunas
explotaciones produjo una alta mortalidad. Muchas aves estaban
retrasadas, disminuyó la eficiencia alimenticia y muchas fueron
rechazadas para el consumo humano después de procesadas.
La sinusitis
infecciosa de los pavos produce una hinchazón de los senos
infraorbitales y una inflamación de los órganos respiratorios.
Se trata de una enfermedad crónica que afecta adversamente el
desarrollo y la conversión alimenticia. También puede producir
una importante mortalidad entre los pavos jóvenes.
Una bacteria
peculiar, conocida como Mycoplasma gallisepticum es común para
las tres enfermedades. La enfermedad respiratoria crónica y la
sinusitis de los pavos son causadas por infecciones puras de M.
gallisepticum, mientras que el síndrome de los sacos aéreos lo
produce una combinación de M. gallisepticum y E. coli. Estas
enfermedades las inician infecciones agudas respiratorias, como
la enfermedad de Newcastle o la Bronquitis infecciosa.
El M.
gallisepticum está ampliamente extendido y afecta a muchas
especies de aves. Programas de erradicación han reducido su
incidencia en los últimos años. Principalmente se transmite
por el huevo. Las gallinas infectadas transmiten las bacterias y
los pollitos se infectan al nacer.También pueden transmitirse
por contacto directo con aves infectadas o portadoras.
La enfermedad
respiratoria crónica verdadera produce ligeros síntomas
respiratorios, como tos, estornudo y descarga nasal. En el síndrome
del saco aéreo hay una extensa implicación de todo el aparato
respiratorio. Los sacos aéreos suelen estar congestionados,
conteniendo grandes cantidades de exudados. Las aves afectadas
se ven abatidas, disminuye su consumo de alimento y hay una rápida
pérdida de peso corporal.
La sinusitis
infecciosa de los pavos ocurre en dos formas. Cuando se presenta
en su forma "superior", hay solamente inflamación de
los senos infraorbitales. En la forma "inferior", están
afectados los pulmones y los sacos aéreos. Estos se ven
congestionados y contienen grandes cantidades de exudado. Se
suelen presentar ambas formas en el lote, y muchas veces en un
mismo animal.
El diagnóstico
de ambas condiciones se basa en la historia del lote, en síntomas
y lesiones. Son útiles los análisis de sangre para determinar
si un lote está infectado.
La respuesta al
problema con M. gallisepticum, tanto en pollos como en pavos, es
la erradicación de la bacteria productora. El tratamiento de la
enfermedad respiratoria crónica, el síndrome de los sacos aéreos
y de la forma inferior de la sinusitis infecciosa no se
considera satisfactorio. Se han usado muchos antibióticos con
éxito variable. Aplicar o no tratamiento es una decisión que
debe tomarse en base a cada lote, de acuerdo a los factores económicos.
Si se aplica el
tratamiento, hay que usar altos niveles de un antibiótico de
amplio espectro (Tylosina, aureomicina, terramicina, gallimicina)
en el alimento, el agua de bebida o inyección. La forma
"superior" de la sinusitis infecciosa se puede tratar
con éxito inyectando antibióticos en los senos inflamados.
Cólera Aviar
Esta enfermedad
ocurre por todo el país en donde se producen aves y en los últimos
años se ha convertido en la infección más peligrosa de los
pavos. Los huéspedes pueden ser pollos, pavos, faisanes,
palomas, aves acuáticas y otras aves silvestres. El organismo
causal del Cólera aviar es la Pasteurella multocida.
Este agente puede
sobrevivir por lo menos un mes en los excrementos, tres meses en
cadáveres en descomposición y de 2 a 3 meses en el suelo. La
Pasteurella, aparentemente, penetra a través de los tejidos de
la boca y del tracto respiratorio superior. Esta enfermedad no
se transmite a través de los huevos.
Las principales
fuentes de infección incluyen:
• Las
excreciones corporales de aves enfermas que contaminan el suelo,
agua, alimento, etc.
• Los cuerpos
de aves muertas por la enfermedad.
• Los
suministros de agua contaminados, como tanques, estanques,
lagunas y arroyos.
• Por transmisión
mecánica a través de equipos o zapatos contaminados.
Hay estudios que
indican que otros animales distintos de las aves pueden servir
como reservorios de infección y diseminar activamente la
enfermedad. Estos animales incluyen perros, gatos, cerdos y parásitos.
La enfermedad se
ve poco en los pollos de menos de 4 meses, pero es común verla
en pavos de menos edad. En la forma hiperaguda los síntomas
pueden estar ausentes, en la forma aguda algunas aves pueden
morir sin haber mostrado síntomas, pero otros están
visiblemente enfermos antes de morir.
Entre los síntomas
característicos se encuentra estupor, pérdida de apetito, rápida
pérdida de peso, cojera producida por infección de las
articulaciones, inflamación de las barbas, respiración
dificultosa, diarrea líquida, amarillenta o verde y cianosis u
oscurecimiento de la cabeza y barbilla.
En los brotes
hiperagudos, las aves que mueren no presentan lesiones. Cuando
hay lesiones presentes, se parecen a las asociadas con cualquier
infección bacteriana septicemia aguda, muy frecuentemente, con
la tifoidea aviar. Entre las lesiones típicas se encuentran
hemorragias puntiformes en las membranas mucosas y serosas y/o
en la grasa abdominal, inflamación del tercio superior del
intestino delgado, liviano, firme, hay una apariencia
"precocida" del hígado, bazo dilatado y
congestionado, material cremoso o sólido en las articulaciones,
y un material caseoso en el oído interno y los espacios de aire
en el cráneo de las aves que tienen cuellos torcidos. Los pavos
pueden tener neumonía con solidificación de uno o los dos
pulmones.
Se puede hacer un
diagnóstico tentativo basado en la historia del lote, los síntomas
y las lesiones postmortem. El diagnóstico definitivo depende
del aislamiento e identificación de las bacterias del
organismo.
Las bacterinas
bien administradas ayudan a prevenir el Cólera aviar,
especialmente en pavos. Su uso debe combinarse con un rígido
programa sanitario. En general, a medida que se aplica el uso de
bacterinas en los pavos, no es realista esperar una completa
protección. Siga todas las recomendaciones del fabricante
cuando las use. No se recomienda emplear vacunas al mismo tiempo
en ese tratamiento.
Las prácticas
sanitarias que ayudan a prevenir la enfermedad son:
-
Despoblación
anual completa, con definitiva separación entre las aves más
viejas y sus reemplazos.
-
Implementación
de un programa de control de roedores.
-
Eliminación
correcta de las aves muertas.
-
Suministro de
agua segura y limpia.
-
Limpiar y
desinfectar todos los locales y equipos después de
despoblarlos.
-
Mantener
confinadas a las aves en sus recintos y protegidas contra aves y
animales silvestres.
-
Dejar vacíos,
por lo menos tres meses, lugares que hayan sido contaminados.
Aunque
generalmente los medicamentos pueden alterar el curso de un
brote de cólera, las aves afectadas continúan siendo
portadoras y la enfermedad tiene tendencia a reaparecer cuando
se interrumpe el tratamiento. Esto puede requerir un tratamiento
prolongado con drogas agregadas al alimento y el agua. Las
sulfas y los antibióticos de amplio espectro (penicilina)
suelen controlar las pérdidas.
Fuente:
Revista Avícola.
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