AGRICULTURA  

 

Cultivos Factibles de Realizar en Siembra  Directa

Todos los cultivos de la rotación, sean estos de granos finos, gruesos, pasturas perennes o recursos forrajeros anuales, pueden realizarse en Siembra Directa. Es preciso, sin embargo que cada establecimiento adopte una estrategia productiva, respetando las premisas básicas del sistema. Cada productor debe plantearse una rotación considerando las características productivas de su región, como régimen hídrico, período libre de heladas, temperaturas, capacidad de acumulación de agua de los suelos, textura, entre otras.

 A continuación el análisis se realizará a nivel de lote contemplando historia del mismo, análisis de suelo, antecesores, nivel de cobertura, riesgo de erosión, malezas, plagas y enfermedades, etc. De esta manera el productor podrá definir que cultivo realizar en cada lote para lograr producciones rentables y sustentables.

Soja de segunda: La soja sembrada a continuación del trigo es el cultivo que mayor y más rápida adopción tuvo y tiene dentro de los cultivos realizados en Siembra Directa. Actualmente hay más de 2.500.000 de hectáreas de soja de segunda en SD. Los motivos de ello están dados por las ventajas operativas que posibilita, ya que la siembra se adelanta varios días respecto a una siembra convencional. Además la conservación de humedad que se logra es fundamental, más aún en un momento del año donde la demanda atmosférica es elevada. Sumado a ello la facilidad de implantación de este cultivo favorece a la rápida adopción de la directa. 

En términos generales, y debido al escaso tiempo de barbecho (en algunos casos puede llegar a ser inexistente) el primer control de malezas puede realizarse previo a la cosecha del cultivo de trigo, luego que este haya alcanzado la madurez fisiológica. Aquí se efectuará una aplicación de un herbicida total como glifosato. Posteriormente se efectúa la recolección del trigo y a continuación, cuando la humedad de suelo los permita, se realiza la siembra de soja. 

En postemergencia se complementará este tratamiento en función de la densidad de malezas presentes. Es aconsejable que se achique el distanciamiento entre hileras respecto a la tradicional de 70 cm, el cual podrá ser de 35 a 52 cm, dependiendo de las características de cada genotipo. Se busca con ello que el cultivo logre cerrar el surco en floración, para que pueda captar la mayor cantidad de la radiación y evite el desarrollo de malezas. En función de la calidad del lote y de la fecha de siembra se seleccionarán las variedades a sembrar, destinándose las de grupos más cortos a los mejores ambientes.

Soja de primera: Este cultivo se puede ubicar en la rotación a continuación de un cultivo de maíz, sorgo, girasol o soja. En los dos primero casos los niveles de cobertura presentes a la siembra del cultivo de soja serán abundantes y de características similares entre sí. En caso que el antecesor sea girasol o soja la cobertura será escasa debido al bajo aporte de residuo que dejan estos cultivos y a su rápida descomposición. 

Debido a ello esta última opción deberá ser evaluada convenientemente antes de adoptarla. Dentro de este cultivo las sojas denominadas «primavera» han alcanzado en Siembra Directa rendimientos antes impensados. 

Para muchas regiones, los grupos de maduración IV de hábito de crecimiento indeterminado, han mostrado los mejores resultados en siembras de octubre. En este caso el distanciamiento entre hileras recomendado está comprendido en el rango que va desde 35 a 52 cm., dependiendo del grupo de madurez y del genotipo en particular. Las sojas primaveras tienen la particularidad de llenar granos durante los meses de diciembre y enero, momento que tanto la radiación incidente y las temperaturas son altas. 

Además, en ambientes de Siembra Directa la acumulación de humedad en el perfil es importante lo que permitirá la obtención de altos rendimientos, principalmente por el aumento del peso de 1000 granos.

 Las condiciones de radiación y temperatura hacen que el riesgo de ataque de Sclerotinia en estos materiales sea bajo, convirtiéndose en otro punto a favor para las sojas primaveras. Sumado a ello, este cultivo desocupa en forma temprana el lote, permitiendo un largo período de barbecho posterior.


Maíz: Es muy común que el cultivo de maíz se ubique en la rotación a continuación del cultivo de soja, ya sea este de primera o segunda. En algunas regiones, que presentan en los meses de diciembre y enero precipitaciones erráticas, suele realizarse el maíz en forma tardía. Este maíz de segunda se siembra a continuación del trigo o en planteos ganaderos a continuación de verdeos de invierno. Sembrado en las fechas óptimas para cada región y aplicando tecnología de punta es un cultivo que presenta un elevado potencial de rendimiento, lográndose producciones en grano que superan los 10.000 kg/ha. 

En sistemas de Siembra Directa se recomienda realizar al siembra a 52 cm entre hileras debido a la distribución más homogénea que se logra, tanto del rastrojo en superficie como del sistema radicular en el perfil del suelo. Desde el punto de vista productivo aún no se puede establecer una tendencia clara respecto a que distanciamiento entre hileras (52 o 70 cm) es el que mayores producciones arroja. La fertilización es un punto clave para el éxito del cultivo. 

En términos generales, y dependiendo de las características del suelo, se realiza una fertilización fosforada a la siembra, ubicando el fertilizante en línea, ya sea al costado y por debajo de la línea de siembra o junto con la semilla. El agregado de fertilizantes nitrogenados puede realizarse utilizando distintas fuentes, ya sean líquidas o sólidas. Es fundamental, realizar la fertilización antes que el cultivo despliegue la sexta hoja, para que las plantas tengan disponible el nitrógeno en el momento que más lo necesitan. 

Para el control de malezas es recomendable la utilización de herbicidas residuales, principalmente atrazina. Es común aplicar dosis de 5 a 6 litros/ha fraccionadas en dos pulverizaciones, una en el otoño durante el barbecho, y otra cercana a la siembra (presiembra, preemergencia o postemergencia temprana).

Sorgo: El sorgo se convierte en una interesante alternativa para mejorar las condiciones del suelo, ya que aporta grandes cantidades de materia seca a través de los rastrojos dejados a la cosecha. Además su sistema radicular es muy agresivo y logra penetrar a grandes profundidades. En consecuencia el volumen de suelo explorado es grande, ayudando a la estructuración estable del perfil. 

En Siembra Directa se evidencia un mejor comportamiento de los cultivares de ciclo largo sembrado a distancias de 35 cm entre hileras, comparado con la tradicional separación a 70 cm. Además se cuenta con la ventaja adicional de la homogeneidad en la distribución de la cobertura y la exploración radicular en el suelo. La tecnología de manejo en cuanto a fertilización y control de malezas es similar a la del maíz. Debido al bajo costo de implantación y a la mayor estabilidad o seguridad de cosecha es preferido en zonas donde los riesgos climáticos son altos.

Girasol: Este cultivo cubre una importante superficie en el sudeste bonaerense y en la región denominada pampa arenosa (oeste bonaerense, noreste de La Pampa, y centro sur de Córdoba), y se encuentra con menor importancia en el Chaco y norte de Santa Fe. El girasol va a suceder preferentemente en la rotación a un cultivo de gramíneas como maíz y sorgo, o bien ser sembrado en lotes que presenten abundante cobertura de residuos. 

Es muy importante lograr un cultivo con distribución homogénea de plantas dentro de la línea de siembra, y manejarse con densidades normales. Así se tendrá una adecuada captación de la radiación al momento de la floración, lo que será crucial para obtener elevadas producciones. 

Para el control de malezas es importante partir con lotes limpios de malezas y utilizar productos residuales (ej: Fluorocloridona) aplicados en presiembra o preemergencia. En el caso de ser necesario se puede complementar con tratamientos postemergentes selectivos. La oportunidad de cosecha es un factor a evaluar correctamente, ya que retrasos en la misma exponen al cultivo a riesgos climáticos que pueden provocar el vuelco del cultivo. En tal sentido, se realizan aplicaciones con productos totales en precosecha con avión. Así se uniformiza el secado y se adelanta la tarea de recolección.


Trigo: Es considerado el cultivo indicador de los sistemas que realizan Siembra Directa de manera continua. Es decir, que si un establecimiento hace el trigo en SD es altamente probable que la totalidad de ellos se cultiven en este sistema. En gran parte de la región pampeana el trigo se realiza como antecesor de otros cultivos estivales tales como soja o maíz. Ello permite intensificar la rotación, generando además una cobertura abundante y de lenta descomposición. En el sudeste bonaerense, en cambio, se lo siembra como único cultivo en el año agrícola. En ese ambiente se alcanzan producciones cercanas a los 5.000 kg/ha. 

Las fechas de siembra varían desde fines de mayo a mediados de julio, dependiendo de la zona y los ciclos utilizados. Las siembras de fines de mayo con cultivares de ciclo largo además de producir altos rendimientos en grano, aportan interesantes volúmenes de rastrojos. Los antecesores más comunes son el cultivo de maíz y la soja primavera, lo cual permite un período de barbecho prolongado. Así la acumulación de agua en el perfil a partir de las lluvias otoñales será considerable.

 En cuanto a la fertilización es aconsejable realizar un tratamiento con fertilizantes fosforados como arrancador. Ello se complementa con una fertilización nitrogenada. Esta segunda se puede realizar desde 3 semanas previo a la siembra hasta el período de macollaje. En general, se realiza la aplicación de nitrógeno en un único tratamiento. Se puede utilizar fuentes líquidas o sólidas, al voleo o incorporadas; lo cual dependerá de la disponibilidad de maquinaria y de cuestiones operativas. En planteos de alta producción, puede ser necesaria la aplicación de funguicidas para controlar enfermedades de hoja y eventualmente de la espiga.

 Para la cosecha existe la opción de utilizar los cabezales striper, los cuales cosechan únicamente las espiguillas, dejando el rastrojo prácticamente intacto. Es una alternativa muy interesante en planteos de Siembra Directa, ya que permite lograr una cobertura totalmente homogénea.

Alfalfa: Muchas veces se presenta la duda acerca de la compatibilidad entre la Siembra Directa y la ganadería. Respecto a este interrogante se puede afirmar que realizando un manejo criterioso del pastoreo son actividades totalmente realizables en forma conjunta. Una de las principales ventajas de la SD de pasturas es la disponibilidad de piso; es decir que el la mayoría de las oportunidades los animales pueden entrar a pastorear un lote sin riesgos de pisoteo por falta de piso. 

La compatibilidad entre SD y la ganadería se fundamenta en el hecho que los animales al pastorear lo están haciendo sobre un suelo que presenta raíces vivas en plena actividad. En consecuencia, el suelo no es compactado de manera apreciable. Cuando la pastura sea secada esas raíces se descomponen y dejan una intrincada red de poros estables. 

Siembra y manejo: Es conveniente que los antecesores sean cultivos que dejan escasa cobertura, como por ejemplo soja de primavera, sorgo o maíz para silo, entre otros. Ello se fundamenta en el hecho que la semilla de alfalfa debe sembrarse superficialmente a 1 cm aproximadamente de profundidad. Es conveniente que entre la cosecha del cultivo anterior y la siembra de la pastura exista un tiempo prudencial, para que los rastrojos se descompongan parcialmente y se logre acumular agua en el perfil. 

La siembra se efectúa con sembradora de grano fino equipada con cajón alfalfero. Existen experiencias de siembras aéreas con resultados alentadores. Es conveniente realizar una fertilización fosfatada para asegurar una correcta implantación y lograr que las plantas tengan un alto vigor inicial. El manejo del pastoreo debe ser racional, respetando los períodos de descanso y utilización de la alfalfa.

Verdeos: Son una excelente alternativa para comenzar la rotación en lotes de praderas degradadas En el caso de verdeos de invierno tales como avena y centeno se utilizará una estrategia de manejo similar a la descripta para trigo. Respecto a la fertilización nitrogenada se observa una importante respuesta por parte de las verdeos invernales de gramíneas. 

Manejados criteriosamente son buenos antecesores de cultivos estivales como soja, girasol o maíz. Para los verdeos de verano, como por ejemplo sorgo forrajero, deberán tenerse en cuenta las consideraciones realizadas para el cultivo de sorgo granífero.

Otros cultivos: Los cultivos de canola, arveja, poroto, lenteja, cebada, algodón, y otros muchos más son factibles de realizar en Siembra Directa logrando todos los beneficios del sistema.

Fuente: AAPRESID, 1998.  

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