Como preparar el primer
huerto
Las satisfacciones que pueden
llegar a brindar huerto propio muchas veces quedan truncas por temor al
trabajo que demanda el cuidado, pero lo cierto es que vale la pena el
intentarlo.
Uno de los aspectos a tener
en cuenta es al elección del lugar, siendo el mejor aquel que esta en ubicación
abierta, soleada y protegida por fuertes vientos. Lo aconsejable es evitar
aquellas zonas que reciben sombras por culpa de edificios o grandes árboles
de las cercanías. Estos son unos del los principales enemigos de las huertas,
ya que tanto las caídas de sus ramas como las importantes raíces que poseen
reducen los rendimientos de las verduras. Otros lugares a evitar son aquellos
propensos a la escarcha.
Lo ideal es no tener el
huerto repartido en varios lugares, sino en una única zona ya que siempre es
más fácil manejar un huerto de pocas hileras largas que otro de muchas
hileras cortas.
En lo posible, las filas
deben estar orientadas de norte a sur, para reducir el peligro de que algunas
frutos que necesitan luz, se ensombrezcan.
Aunque un sendero con
superficie de cemento puede resultar útil, conviene hacer incapié en que
todos los senderos que crucen deben ser angostos y temporarios porque de esta
manera se ahorra trabajo y se gana espacio.
El riego es un aspecto
fundamental a tener en cuenta, por lo tanto conviene que la manguera a
utilizar sea lo suficientemente larga como para llegar a la parte más alejada
del huerto sin dificultades y sobre todo sin dañar las plantas. Si se tuviera
una pequeña pileta mucho mejor, la misma podría utilizarse como estanque
propicio para los riegos pequeños.
Aunque las medidas pueden
adaptarse sin inconvenientes a la superficie de cada jardín, un huerto
convencional mide 10x30 metros. Esta superficie es apta para alimentar a
cuatro personas durante todo el año. Una parcela más pequeña alcanza para
abastecer una familia en lo que respecta a ensaladas, cultivos de rápida
recuperación y vegetales que facilitan el fácil almacenamiento en el freezer
para ser consumidos en el invierno.
En el rubro herramientas, lo
mejor, en los comienzos, es utilizar algunas de segundas mano, pero de buena
calidad y no otras a estrenar, pero baratas y no tan buenas. Como de
ellas depende el cuidado del huerto, mantenerlas limpias y afiladas para
asegurar su buen uso y duración.
Cuando se tomas la
determinación de comenzar el huerto, debe tenerse en cuenta una planificación
de trabajo de tres años. Lo usual es llevar a cabo una rotación de cultivos
durante esa cantidad de tiempo, dividiendo la parcela en tres secciones.
Durante la primer etapa, la
sección uno de la parcela estará ocupada por los guisantes chauchas,
espinaca, apio, cebolla y demás cultivos que prosperen en suelos abonados. En
la parte dos de la parcelas se sembraran especies de la familia de las colas y
en la parte semillas y papas.
En la etapa siguiente, la
familia de las coles se cambiara a la parte uno, las raíces pasan a la parte
dos, las chauchas y sus acompañantes a la parte tres. En la tercera etapa,
las raíces se mudan a la parte uno, las legumbres y cebollas a la parte dos y
familia de las coles a la parte tres. Terminado el ciclo, el mismo recomienza
de acuerdo al orden explicado en la etapa primera.
Fuente:
Revista Super Campo
Otros
artículos de interés